Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://murrayfoio976713.ezblogz.com/70111916/cómo-reaccionaron-los-comentaristas-al-cabezazo-de-zidane